El SEMANARIO RECONQUISTA es el órgano de prensa de la Agrupación Reconquista del Partido Colorado, fundado por Honorio Barrios Tassano y Carlos Flores. Director Prof. Gustavo Toledo.

domingo, 30 de octubre de 2011

República bananera

Por Gustavo Toledo

Poco a poco, el Uruguay se desliza por el tobogán de la demagogia hacia la anarquía. Sacamos pasaje al imperio del vale todo (en principio, sólo de ida). Cada uno hace lo que quiere. En las alturas del poder juegan al salto largo con la Constitución y las leyes. Poco les importan las instituciones y menos aún la voluntad de las mayorías. Para ellos, la democracia no es una meta sino apenas una escala técnica. Una etapa –transitoria- en el camino a la “tierra prometida”. Para conocer la meca a la que dirigen sus rezos hay que repasar los libros de historia. Eso sí, no se confundan: la vía uruguaya al socialismo es como el minué, un paso atrás y dos para adelante. O como dicen en el campo: a la que te criaste.

Días atrás, con los votos del oficialismo se aprobó una ley que deja sin efecto la prescripción de los delitos cometidos durante la dictadura. Con ingenio digno de mejor causa, le encontraron la vuelta para desconocer la voluntad popular. Esa que dicen respetar e incluso se ufanan de representar. Primero buscaron la anulación de la ley de caducidad; no pudieron. Después quisieron votar una “ley interpretativa”; tampoco tuvieron suerte. Ahora, finalmente, se salieron con la suya. Dos plebiscitos no fueron suficientes para torcer su deseo de revancha. Que el pueblo hable no es importante. Apenas un detalle. Lo importante es que la barra esté contenta y pueda seguir cultivando viejos enconos.

Durante el debate en la Cámara Alta, el senador comunista Eduardo Lorier señaló que aquellos que “defienden la impunidad (es decir, los que no apoyan la imprescriptibilidad de los delitos cometidos durante la dictadura) defienden a los torturadores". Sí, el mismo que es secretario general de un partido cuya bandera tiene a la hoz y el martillo como símbolo y jamás renegó de los crímenes cometidos en su nombre, agravia a la oposición con un recurso dialéctico tan infantil y canallesco como el que empleó Bush en su momento: están conmigo o con el enemigo. Dicen que los extremos se tocan y… ¡vaya si se tocan!

En la Cámara de Representantes las cosas no fueron mucho mejor. Los discursos de los señores diputados se redujeron a leer en voz alta los editoriales de El Popular, enrostrar a unos y a otros el Pacto del Club Naval y citar al pobre Artigas o a alguno de sus secretarios. ¿Cómo justificar lo injustificable y defender lo indefendible? Simple: usando el pasado como arma arrojadiza. Con una sábana y dos o tres frases hechas se arma un buen fantasma. Lo agitamos y… voilá!!!!

El presidente dijo que no le iba “a enmendar la plana a un pueblo” (debió decir “a su pueblo”). También dijo que no quería ver viejos en las cárceles. Que si fuera por él, los liberaría a todos. Siguiendo la lógica del senador Lorier, ¿esto lo transforma en defensor de la impunidad y cómplice de los genocidas? Porque si es así, ¿qué espera para dejar una florcita sobre su banca e irse para su casa?

Siendo senador, el "Ñato" Eleuterio Fernández Huidobro señaló estar de acuerdo con el general del aire José Bonilla cuando planteó que medidas como ésta impedirían conocer la verdad sobre lo sucedido. Sin embargo, el ahora ministro lo sanciona.

El diputado Semproni votó en contra de la anulación de la ley de caducidad, ahora vota a favor de la imprescriptibilidad. ¿Veleta o soldado obediente?

¡De locos! ¿El cinismo es vecino de puerta de la amnesia o viven juntos?

Mandela pacificó Sudáfrica. Cuando salió de la cárcel encontró más resistencia entre los suyos que en sus antiguos enemigos. Con perseverancia fue desmontando prejuicios y acercando a unos y a otros. Rompió la antinomia: buenos y malos. Se puso por encima de los odios de antaño y pasó a la historia como un pacificador. Aquí elegimos otro camino.

Por eso, no nos queda otra más que colaborar con el gobierno en su labor forestal. Ya que monos y gorilas no nos faltan, plantemos cada uno de nosotros un plátano en nuestras casas. Con nuestra ayuda y la de las autoridades, lograremos convertirnos en la república bananera con la que algunos sueñan desde hace rato.

200 días de clase y en doble jornada

Germán Rama, ex presidente del CODICEN (1995-2000)
Consultado por el diario El Observador acerca de qué hacer con la educación, el ex presidente del CODICEN, Germán Rama, respondió que se debe llegar a 200 días de clase por año. A continuación un resumen de la entrevista con el experto uruguayo.
¿Considera que el sistema educativo actual representa un freno para el desarrollo del país?
Un sistema educativo debe formar a las nuevas generaciones en los conocimientos acordes con el nivel de desarrollo de los países principales, con los cuales Uruguay desearía alcanzar un nivel educativo similar. Las sociedades cambian en una forma vertiginosa y la función de la educación –y más aun de un pequeño país como es Uruguay– consiste en explicar al joven el mundo en el que comienza a vivir. Por eso la formación en ciencias sociales debería consistir en explicar a los muchachos temas tales como cuál es la población del mundo, cuáles son las diferencias biológicas y de cultura de las distintas sociedades, qué es un país desarrollado y cómo y cuántos son los países no desarrollados, dónde se ubica América Latina y, en particular, América del Sur en términos de razas, lenguas, vida en ciudades, organización de la educación y niveles de desarrollo económico. La historia que los jóvenes deberían conocer es la historia del mundo en que viven. Hoy los programas de enseñanza de historia de educación Secundaria, en el primer curso de liceo, consisten en enseñar lo que fue la civilización egipcia, la cultura sumeria o la civilización griega anterior a Jesucristo. Luego los programas se dedican a explicar qué fue la sociedad medieval europea y así sucesivamente. En el período 1995-2000 comenzamos por enseñar cómo es el mundo actual. Los alumnos estaban felices por entender cuál era el mundo en que vivían, pero las autoridades siguientes volvieron hacia atrás para enseñar quiénes eran los casitas y los hititas.
¿Quiénes son los responsables de los malos resultados que ha demostrado la educación uruguaya en los últimos años?
La calidad de los resultados educativos depende, en primer término, de la calidad del proceso de procreación de los nuevos nacimientos, de la formación de los niños en su primera etapa, de la existencia de una organización familiar con padre y madre, de los ingresos del hogar, de la atención médica, y de la cultura de padre y madre. Cuando el hogar se caracteriza por la escasa educación de los adultos, cuando los niños tienen deficiencia en la alimentación y asistencia médica irregular, los niños tienen malas condiciones para el desarrollo físico y también para el desarrollo intelectual. Pero aun siendo positivas –promedialmente– las condiciones socioculturales de los hogares es sabido que se requiere de una escolarización a edades tempranas. En Francia, por ejemplo, existen sistemas públicos de guarderías que reciben bebés desde los 6 meses durante una estadía de hasta 4 horas diarias. A partir de los 3 años la asistencia a la escuela es obligatoria. Los niños permanecen  en las escuelas desde las 8.30 hasta las 16.30 horas, con servicios de alimentación y descansos obligados. Obviamente, en todos los países de Europa las escuelas son de doble jornada y el período de clases es de 200 días. En Uruguay las escuelas de tiempo completo son muy escasas. En el período 1995-2000 se levantaron 106 edificios para escuelas de tiempo completo, incluyendo dos salones especiales para niños de 4 y 5 años. La administración frenteamplista del período 2005-2010 construyó tan solo 14 escuelas de  tiempo completo.
¿Está ahí la clave para lograr una educación primaria de buena calidad?
La fórmula es conocida: crear escuelas de tiempo completo, proveer de alimentación de buena calidad y asegurar que el período escolar se extienda durante 200 días al año. Es de rigor explicar que el desarrollo mental se logra con alimentación, cuidados de salud,  atención de maestras y tiempo de asistencia a las escuelas. No se sustituye el tiempo de atención, la calidad de conocimientos de las maestras y la integralidad de un proceso educativo por la distribución de laptops. Ningún país desarrollado, ningún país de los que hoy obtienen altas calificaciones en las pruebas PISA ha introducido laptops en las escuelas. Estos países ofrecen educación preescolar desde los 3 años de edad, las escuelas funcionan durante 200 días y en doble jornada, los maestros no faltan y los locales y el equipamiento de las escuelas son excelentes.
¿Qué parte de la responsabilidad del mal funcionamiento de la educación pública tiene su alto nivel de politización?
El sistema político históricamente no ha sido positivo para el desarrollo y la calidad de la educación, salvo excepciones. La ANEP comprendía en el período 1995-2000 a casi 45 mil personas. Hoy supera ampliamente la cifra de 50 mil funcionarios mientras que ha decrecido considerablemente la matrícula: 15 mil alumnos. La característica más destacada del CODICEN que tuve el honor de presidir fue que nadie actuaba como mensajero de un partido político o de un sindicato. Todos teníamos en común como brújula crear una educación que fuera la base de la equidad social de la democracia uruguaya y la fuente de creación del conocimiento de cada nueva generación. Es indispensable destacar que la iniciativa del presidente frenteamplista Tabaré Vázquez, copiada la resolución del gobierno fascista de Benito Mussolini de establecer la coparticipación de los sindicatos en la dirección de la educación nacional, introdujo la paralización de toda la educación nacional, con la consecuencia altamente negativa para las familias de condición popular que se encontraron con que sus hijos perdían un porcentaje altísimo de los días de estudio por las inasistencias del personal docente, que es mucho más alta en los establecimientos educativos de la periferia pobre de Montevideo que en los centros educativos de educación secundaria de barrios de clase media. Parece obvio señalar que la altísima inasistencia de los docentes a sus clases continuará mientras los mismos docentes que no cumplen con sus obligaciones sean los electores de los consejeros sindicalizados que son los candidatos a dirigir el sistema educativo.

Un gesto que no debe pasar desapercibido

Por Dr. Pedro Bordaberry (*)
Hay momentos en que el ser humano enfrenta una disyuntiva entre su interés personal y su deber. La vida, a veces, nos coloca en esa posición difícil de tener que optar entre el hacer lo correcto o lo conveniente para uno mismo.
Cuando el interés personal es muy fuerte, la decisión, el sacrificio, la renuncia, adquiere ribetes de heroicidad.
Es lo que sucedió hace algunas semanas cuando en los Estados Unidos nació una niña gracias a que su madre, que padecía cáncer, no se hizo el tratamiento contra la enfermedad. De haberse realizado la quimioterapia la niña habría muerto. Su madre trocó su propia vida por la que llevaba dentro de sí.
El 5 de abril de 1989 un hombre enfrentó sólo a una columna de tanques en lo que es considerado uno de los actos más heroicos de la historia. El joven participaba de las manifestaciones que terminaron en la masacre de la Plaza Tiananmen en China.
No se conoce ni su nombre ni si logró sobrevivir. Pero el video tomado por corresponsales extranjeros dio la vuelta al mundo. Puede verse en http://tinyurl.com/mtrbwh.
Hace algunos años la entonces miembro de la Corte Suprema de Argentina, Carmen Argibay vio enfrentados sus sentimientos personales con su deber.
Ella había sido víctima de detención y privación de libertad durante la dictadura argentina. Como miembro de la Corte debía adoptar decisión sobre la validez de un indulto, un perdón, otorgado a los que la habían perseguido y encarcelado.
La situación era particularmente compleja porque la propia Corte Suprema ya había dictado antes una sentencia declarado que el referido indulto era válido. Principios básicos del Derecho imponen que no se puede juzgar dos veces lo mismo, en lo que técnicamente se llama “Cosa Juzgada”.
La Dra. Argibay expreso que “aunque no me haya gustado – y no me gustó – es lo que dijo el máximo Tribunal en una resolución última, final y definitiva, y yo no la puedo revisar… Yo separo lo que es Justicia de lo que es venganza… Y la Constitución me ayuda mucho para hacer esa separación”.
Por lo que votó en contra de su interés personal y a favor de mantener el indulto.
El martes pasado en el Senado asistimos a un gesto, a un acto, que no debe pasar desapercibido. Fue protagonizado por alguien que no es de mi Partido. Alguien que ha expresado que quiere ser adversario de nuestra colectividad política en la próxima elección.
Una persona que nos dio a todos una lección de Democracia, de apego por las instituciones y el Derecho, por encima de su propio interés y dolor personal.
Tratábamos el proyecto de ley que desconoció el voto de los uruguayos, el que pasó por encima de las decisiones del pueblo Uruguayo de 1989 y 2009.
En ese momento el Senador Luis Alberto Heber pidió la palabra y expresó que haría referencia a un tema personal: el horrendo ataque que terminó con la muerte de su madre.
Recordó que el 1º de noviembre también prescribe el delito que protagonizaron los que atacaron su familia y su madre.
Pero aclaró que poco honraría su memoria si votara una norma que viola la Constitución para averiguar quiénes la asesinaron.
Ante la tan difícil opción entre el interés personal y la defensa de la Constitución y el respeto por el voto de los uruguayos, Luis Alberto Heber optó por el camino que en su momento siguieron esa madre norteamericana, Carmen Argibay y el desconocido estudiante chino.
Lo que es un acto, un gesto, que no debe pasar desapercibido.
(*) Abogado. Senador de la República. Líder de Vamos Uruguay

sábado, 29 de octubre de 2011

Germán Cardoso visitó los liceos de Maldonado y Punta del Este y visitó el Hospital Alvariza en San Carlos

Recorrida del legislador de Vamos Uruguay

El diputado colorado Germán Cardoso (Vamos Uruguay), visitó días atrás los liceos de Punta del Este y Nº 2 de Maldonado, en el marco de las visitas que tiene planificadas en todos los centros educativos del departamento. 

La ocasión fue propicia para recibir de parte de los docentes, alumnos y cuerpos de dirección de ambos liceos, un pormenorizado informe acerca de la calamitosa situación por la que atraviesan habida cuenta del deterioro de sus instalaciones, que determinaron el cierre del Liceo Nº 2 de Maldonado y graves denuncias con respecto al estado edilicio del emblemático Liceo de Punta del Este. 

Cardoso expresó su preocupación ante el atraso en la ejecución de las obras e inversiones previstas en el Presupuesto y en la última Rendición de Cuentas, de las cuales un 80 % aproximadamente ya no se van a cumplir por estar finalizando el año, lo que demuestra los graves problemas de gestión por los que atraviesa la Enseñanza.

HOSPITAL DE SAN CARLOS

El diputado de Maldonado también fue recibido por funcionarios y autoridades del Hospital Alvariza de San Carlos en un encuentro realizado el día de ayer, en el que también estuvieron presentes los diputados Darío Pérez y  Pablo Pérez del Frente Amplio.

Los legisladores de Maldonado recibieron un informe por parte de los enfermeros del centro asistencial, que entre otras cosas reclaman la contratación de 12 cargos de enfermería. También se entrevistaron con su director, el Dr. Waldemar Correa.

Asimismo, recibieron en forma documentada las peticiones elevadas al MSP para el nombramiento de cargos médicos para las áreas de traumatología, odontología, radiología y pediatría, auxiliares de servicio, un cargo de electricista y otro de chófer, todos necesarios para el desarrollo normal de las tareas de dicho Centro Hospitalario.

viernes, 28 de octubre de 2011

Jóvenes colorados protestaron frente a la Torre Ejecutiva (*)

Señalaron su oposición a la ley que deja sin efecto la Caducidad y reclamaron un veto de Mujica.
"Faltan los claveles y el café, pero impresiona", comentó a La Diaria uno de los dirigentes de la juventud del Partido Colorado (PC) el pasado jueves 27 en la plaza Independencia, frente a la Torre Ejecutiva. El centro de la performance en la carpa allí instalada era un ataúd cubierto con la bandera de Uruguay y en el que estaba apoyada la portada de la Constitución. "Es la tapa original de la primera Constitución, la de 1830", indicó otro asistente.
La escena se completaba con banderas partidarias y una pantalla gigante en la que se proyectaban imágenes del presidente José Mujica durante dos entrevistas televisivas, en noviembre de 2009, antes del balotaje, y en las que aseguraba que respetaría "le guste o no" el resultado del plebiscito rosado. Los jóvenes colorados de diversos sectores que se concentraron reclamaban "por la democracia y el respeto a la voluntad popular".
Los colorados alegaron que el Frente Amplio "perdió credibilidad" para recurrir a las consultas populares, y que es inconstitucional la norma aprobada ayer en la madrugada y promulgada por el Poder Ejecutivo con el número 18.831. Consultado sobre esto, Van Rompaey aclaró que la SCJ estudiará la ley sólo en caso de acciones de inconstitucionalidad, pero no adelantó postura.
La juventud colorada abogó, en una proclama, por el "cambio en paz" reivindicado por Julio María Sanguinetti "con la aprobación de la ley de amnistía para aquellos que se habían levantado contra la democracia, la ley de restitución de los funcionarios públicos destituidos y la Ley de Caducidad". "El PC estará en la vereda de enfrente de aquellos que atentan contra la voluntad del pueblo", señalaron.
Además le exigieron a Mujica que vete la ley que deroga la Ley de Caducidad y que busca evitar los efectos de la prescripción a partir del 1º de noviembre. El presidente, que en varias oportunidades se mostró contrario al uso del veto, se refirió al tema luego de participar en el XXI Congreso del Comercio Detallista de las Américas. "Estaremos a lo que decida la Justicia", dijo.
(*) Tomado de La Diaria, edición del 27 de octubre de 2011

Octubre amargo

Por Dr. Ope Pasquet (*)
En 1973, el senador Amílcar Vasconcellos publicó un libro lúcido y corajudo, titulado Febrero amargo, en el que hacía la crónica de los sucesos de aquel fatídico mes en el que las Fuerzas Armadas comenzaron a avanzar sobre las instituciones democráticas.
Las páginas de aquel libro rezumaban indignación y amargura ante lo que estaba sucediendo en el país.
Indignación y amargura sentimos hoy nosotros, ante la derogación retroactiva (equivalente a la anulación) de la Ley de Caducidad, y la abolición de la prescripción para los delitos cometidos por militares y policías durante la dictadura. La ley que acaba de sancionarse, con los votos del Frente Amplio exclusivamente, implica el desconocimiento de la  voluntad popular y la violación de un principio básico del derecho penal liberal, de rango constitucional sin duda, como lo es el de la no retroactividad de la ley penal más severa.
La Ley de Caducidad, como toda ley de amnistía, suscitó la discusión entre el imperativo ético de hacer justicia y la necesidad política de asegurar la paz. Para ganar esa discusión, quienes se oponían a la ley la impugnaron mediante el recurso de referéndum. Recolectaron las firmas necesarias para interponer el recurso mediante una larga y ardua campaña, realizada bajo una consigna de fuerte sentido democrático: “firme, para que el pueblo decida”.
El domingo 16 de abril de 1989 el pueblo decidió. Una contundente mayoría de un millón cien mil  votos optó “por confirmar” la ley (la papeleta amarilla así lo decía, textualmente). Esa misma noche, tanto la Comisión Pro Referéndum -presidida por Matilde Rodríguez de Gutiérrez Ruiz e integrada, entre otros miembros, por Alberto Pérez Pérez y Tabaré Vázquez- como el Gral. Seregni, a la sazón presidente del Frente Amplio, declararon que aceptaban como válido el veredicto popular. La Ley 15.848 fue así la primera ley de nuestra historia, ratificada directamente por el Cuerpo Electoral.
Veinte años después, en 2009, el PIT-CNT primero y el Frente Amplio después promovieron una reforma constitucional para anular la Ley de Caducidad. La papeleta rosada por la anulación no alcanzó la mayoría de los sufragios y la propuesta fue desestimada (conviene repetir que se votaba con una sola  papeleta, por el SI a la reforma, de conformidad con lo dispuesto por el art. 331 de la Constitución). Sin que hubiera existido campaña  en contra de la iniciativa –sí la hubo a favor-, el mismo Cuerpo Electoral que eligió presidente a José Mujica no quiso anular la Ley de Caducidad.
En el 2009, la doctrina y la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que ahora se invocan para negarle valor a la decisión de la mayoría, ya eran perfectamente conocidos por quienes llamaron al pueblo a votar para anular la ley.    Tan es así que el Dr. Javier Miranda manifestó en una reciente entrevista de Emiliano Cotelo, que él se  opuso a la consulta popular precisamente por entender que el tema no era plebiscitable. Sin embargo, tanto el PIT-CNT como el Frente Amplio siguieron adelante con su campaña, sin cumplir con un elemental deber de buena fe: decirle a la ciudadanía que respetarían su voto, si era favorable a la  anulación, pero que lo desconocerían en caso contrario.
Entre la primera y la segunda vuelta de la elección presidencial de 2009, el periodista Aldo Silva le preguntó expresamente a Mujica, en  “Código País”, qué haría frente al resultado del plebiscito. El candidato no dejó dudas: “el plebiscito se acata y chau”, dijo. Y todavía agregó, para que no quedaran dudas, que no utilizaría la mayoría parlamentaria para “enmendarle la  plena” al pueblo.
El hoy presidente Mujica promulgó rápidamente la ley que le enmienda la plana al pueblo. Por supuesto que hubiera podido vetarla, para  honrar el compromiso asumido frente al electorado, pero optó por aplicar una de las máximas que guían su conducta: “como te digo una cosa, te digo la otra”.
Se ha consumado pues el desconocimiento de la voluntad popular dos veces expresada. El tema tiene otras facetas –la inconstitucionalidad de las disposiciones penales retroactivas, la posibilidad de cumplimiento directo, por los jueces, del fallo de la Corte Interamericana, etc.- pero esta es la principal, porque el respeto a la voluntad popular es la base misma de la institucionalidad democrática.
Una vez más, la izquierda se equivoca al creer que el fin justifica los  medios. En los años sesenta y setenta los Tupamaros y otros grupos atentaron contra la Constitución y contra la vida de otras personas, en el afán de tomar un atajo hacia lo que creían que era la justicia social. Comenzó así un tiempo de violencia política que nos trajo, al cabo, doce años de dictadura militar.   
Hoy se vuelve a atentar contra las bases de la democracia, buscando un atajo hacia la justicia penal. Que así se logre avanzar hacia los proclamados objetivos de “verdad y justicia”, está por verse. Lo que desde ya puede palparse es el debilitamiento de las instituciones democráticas. ¿Qué sentido tiene llamar al pueblo a votar, si la mayoría parlamentaria se arroga la potestad de desconocer lo que la mayoría popular decidió?
“Mi autoridad emana de vosotros, y ella cesa ante vuestra presencia soberana”. Los  dirigentes del Frente Amplio no deberían invocar nunca más esta frase de Artigas, que acaban de negar con su conducta.
(*) Abogado. Senador de la República. Secretario general del Partido Colorado

¡Viva la democracia!

Por Carlos Flores

En su segundo intento en lo que va de esta legislatura, el parlamento aprobó, con todos los votos del oficialismo y ningún voto de la oposición, la ley que declara imprescriptibles los delitos militares cometidos durante la dictadura y que en los hechos anula la Ley de Caducidad, aprobada en diciembre de 1986 y ratificada en dos oportunidades, mediante consultas directas, por la ciudadanía.

Todo indica que se trata de una instancia más - no la última -, de un penoso y largo proceso que sigue dividiendo a los uruguayos e impide, de alguna manera, afrontar el futuro con consensos políticos, utilizando el dolor de las víctimas y de sus familiares con fines totalmente distintos a la búsqueda de la verdad de los hechos ocurridos. Más bien su efecto es absolutamente contrario; si algún indicio faltaba para corroborarlo, alcanza con escuchar las declaraciones del sancionado Jefe del Estado Mayor de la Defensa José Bonilla, que afirmó que los militares que estaban dispuestos a dar información sobre los hechos de la dictadura después del 1º de noviembre (fecha en que prescribían los delitos), no lo harán por miedo a ir presos, gracias a la ley que el parlamento acaba de aprobar.

Se trata de una instancia más, decimos, porque la promulgación de la imprescriptibilidad recientemente aprobada abre la instalación de nuevos debates acerca de su inconstitucionalidad, exacerba el ánimo de algunos sectores de la sociedad (entre cuyos integrantes hay quienes serán posiblemente imputados al haber sido anulada la Ley de Caducidad) y reabre las heridas del pasado con la necesaria reconsideración pública de la amnistía que fueron objeto los guerrilleros que, tanto como los militares, atentaron contra las instituciones democráticas y cometieron delitos tan graves y de tan lesa humanidad como los que perpetraron ellos.  

En definitiva, no se trata de cerrar una tristísima etapa del pasado de nuestro país, describirla o esclarecerla,  sino por el contrario perpetuarla, revivirla, y por tanto recrearla. ¿Para qué, dirá usted?

Un referéndum para su derogación, luego que la ciudadanía lo habilitara mediante la recolección de firmas impulsada por el Frente Amplio en aquel entonces, hizo que en abril de 1989 un 57 % de los ciudadanos se pronuncie por el mantenimiento de la Ley de Caducidad. Diez años después, junto con las elecciones nacionales de 2009, tuvo lugar un plebiscito para su anulación, impulsado por el PIT-CNT, familiares de detenidos desaparecidos y la FEUU (al que sumó su adhesión finalmente el Frente Amplio en plena campaña) en el que no se alcanzó superar el 50% de los votos requeridos para su anulación.

Dos veces consultado en forma directa mediante un referéndum (en el que el pueblo se expresó a favor de mantener vigente la Ley de Caducidad), y mediante un plebiscito (en el que el pueblo dijo no querer anularla), parecen más que suficientes para ilustrar la voluntad del soberano. Pero las mayorías parlamentarias del oficialismo igualmente se arrogaron el derecho de desconocer ambos pronunciamientos, con el agravante de haber sido infructuosa la primera intentona legislativa de principios de este año, con un proyecto de ley interpretativo que, debido a la disidencia y abandono de sala de un diputado frenteamplista, no prosperó.

El Frente Amplio, finalmente, ha logrado su anulación aprovechando las mayorías parlamentarias circunstanciales que tiene en el Poder Legislativo. Sus legisladores  saben cuál fue la voluntad popular, que se ha expresado dos veces en forma directa y, por lo tanto, se han consagrado antidemócratas.

Ante su atropello ardo, me indigno y grito con toda mi voz

 ¡VIVA LA DEMOCRACIA!

jueves, 27 de octubre de 2011

Jóvenes Colorados instalarán una carpa frente a la Torre Ejecutiva

El sector Juventud Colorada instalará una carpa frente a Presidencia. La medida es en reclamo para que presidente José Mujica vete la ley que elimina la prescripción de los delitos cometidos en la dictadura militar.
En la denominada "Carpa de la democracia" se exhibirá un video donde el Presidente José Mujica, en plena campaña para el balotaje de 2009, asegura que respetará el resultado del plebiscito sobre la ley de caducidad de ese año.
En la madruga de hoy la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley que declara que los delitos cometidos durante la dictadura son de lesa humanidad, con lo que se elimina la prescriptibilidad de los mismos.
El cuestionado proyecto fue votado solo por los diputados del Frente Amplio.
La carpa será instalada en la tarde de hoy.

domingo, 23 de octubre de 2011

Tiranicidio y torpeza

Por Gustavo Toledo

Para Juan de Mariana, un oscuro jesuita del siglo XVI que pasó la mayor parte de su vida encerrado entre cuatro paredes, el tiranicidio –es decir, el asesinato del tirano a manos de su pueblo- era una solución lícita y moralmente aceptable para un problema colectivo: la tiranía. Es más, lo consideraba un derecho natural. Cualquier ciudadano –explicaba- puede con justicia asesinar a aquel rey que se convierta en tirano (léase, que actúa en forma arbitraria, sin respetar la dignidad de sus súbditos, imponiéndole cargas abusivas o afectando sus intereses). La historia es pródiga en ejemplos. Las ejecuciones de Carlos I de Inglaterra en 1649, la de Luis XVI en 1793, la de los Romanov en el tembladeral ruso de 1917, la de Benito Mussolini en 1945, la del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo en 1961, entre otras, respondían a ese espíritu libertario que agitaba las aguas aparentemente dormidas de sus pueblos. En todos esos casos, con sus diferencias, se cerró un ciclo y se abrió otro. Asimismo, todas esas ejecuciones estaban pautadas por un factor nada menor: la conveniencia. Era necesario terminar con el déspota. Enviar una señal. Establecer un precedente. Marcar un antes y un después.
La reciente captura y posterior ejecución de Muamar Gadafi, aunque lo parezca, no lo fue. Nadie puede negar sus antecedentes criminales, sus cuatro décadas de satrapía, ni mucho menos justificar los miles de muertos que pesan sobre sus espaldas, pero su ejecución –vista en perspectiva- constituye un gravísimo error del cual sus verdugos se arrepentirán más tarde o más temprano. La forma en la que fue ejecutado -¡con su propio revolver bañado en oro!- y la posterior exhibición de su cadáver, suponen una torpeza mayúscula. Algo así como querer derribar un panal de abejas a patadas.
Si su ejecución fue fruto de la sed de venganza de un grupo de rebeldes envalentonados por el clima de tensión reinante o si fue tomada desde lejos, por control remoto, no importa. No debió haberse dado esa orden. Ni disparado esa bala. Debió haberse reparado en las consecuencias de semejante estupidez.
No hay destino más inmerecido para un tirano como Gadafi, que un final como este. Su muerte, en combate, es un pasaje directo y sin escalas a la gloria. Como dijo Chávez, poniendo sus barbas en remojo: será recordado como un “revolucionario” y como un “mártir.
Para los dictadores, cualquiera sea su signo, la muerte es cosa seria. Cuando descubren que no son inmortales, sueñan con dejar una marca en la historia. Sobrevivir en el recuerdo de la gente. Vencer al olvido. Si alguien lo tuvo claro, ése fue Adolfo Hitler. Una vez enterado de la miserable muerte de su compadre italiano a manos de un grupo de partisanos, resolvió suicidarse. Decidió que no correría esa misma suerte y que su salida de escena estaría determinada por su propia mano. Sería el epilogo de esa ópera wagneriana que pretendió que fuera su vida. Quiso que el Tercer Reich sucumbiera con él. Que el pueblo alemán sucumbiera con él. Con la peregrina esperanza de que su sacrificio dejara sembrada la semilla de su renacimiento.
Franco, Stroessner, Stalin, Pinochet, con el tiempo, se diluyeron. A medida que envejecieron, las sociedades que dominaron durante décadas fueron anestesiándose. Debieron soportar sus excesos, es cierto, pero dejaron de creerles. Ciertos círculos obsecuentes o fanatizados siguieron idolatrándolos, más por conveniencia que por convicción, pero el grueso de la población que en algún momento confió en ellos, fue perdiéndoles el respeto. Se transformaron en parte del paisaje. En ancianos achacosos dignos de miedo y de lástima. Por eso, luego de muertos, desaparecieron.
Fidel va camino a eso. A sus ochenta y tantos, quizás en alguno de sus momentos de lucidez, él que lo hizo todo, lo dijo todo, lo planificó todo, debe sentir cierta envidia por la muerte del Che. O Perón, quizás, en su momento, por la de Evita, su creación. Murieron jóvenes, en lo mejor de sus vidas. Quedaron cristalizados en el recuerdo de la gente. Se saltearon la indignidad de una cama de hospital y la humillante asistencia de un tubo de oxígeno. Aquellos murieron héroes; estos, a su debida hora, como seres de carne y hueso.
No hay mejor condena para un sátrapa como Gadafi o cualquier otro tirano que una muerte lejana en el tiempo. Entre rejas. De viejo. Sin envoltorios gloriosos. Sin el llanto de las masas. Sin aparatos propagandísticos explotando su inmolación. Sin paraísos ni infiernos fabricados a medida. Sin adeptos dispuestos a dar su vida por su líder caído. Sin espacio para el mito. Ni para el martirologio.
Chávez tiene razón. Gadafi muere como guerrero y mal que nos pese, se transformará en mártir. Su cadáver se convertirá seguramente en un símbolo y su sepultura en un santuario para sus no pocos seguidores. Por desgracia, me temo que la lejana Libia, al igual que Irak después de la muerte de Saddam Husseim, se transformará en un rompecabezas para unos y un dolor de cabezas para todos. ¿Cuántos de sus seguidores se lanzarán en los próximos días a las calles de Libia o incluso de otros rincones del Planeta a vengar la muerte de su líder sin reparar en las consecuencias de sus actos? ¿Cuántos alimentarán a partir de ese hecho el odio a la facción ahora victoriosa y harán todo lo que esté a su alcance para boicotear al nuevo régimen? Dios quiera que ninguno. Pero la experiencia histórica indica otra cosa.
¿Muerto el perro se acabó la rabia? Está claro que no. La muerte de Gadafi deja sembrado mil, cien mil Gadafis en potencia.

Bordaberry "desarmará" esquema en Salud y Educación

El senador y líder de Vamos Uruguay, Pedro Bordaberry, criticó ante empresarios la situación de la educación en donde dijo “se vive en una etapa de debate permanente” que debe cambiar y para ello, "desarmará" el esquema actual, que es el mismo que Tabaré Vázquez impulsó en la intendencia de Montevideo con Adeom.
En el marco de la cena de ADM, denominada “Hablemos en confianza” Pedro Bordaberry dijo que hay un problema de gestión, fundamentalmente en la educación.
Recordó que el Liceo 2 de Maldonado cerró porque se está cayendo abajo y ANEP devolvió a rentas generales 50 millones de dólares que no gastó, “eso es un problema de gestión”, agregó.
Criticó al ex presidente Tabaré Vázquez  y dijo que el "modelo" es similar al que se instauró en la intendencia de Montevideo en 1990 cuando “bajo la propuesta de darle a las corporaciones Gobierno, le terminen de dar todo el poder”.
Dijo que le parece bien que todos tengan voz, pero hay que tener una visión global del país.
Sostuvo que el modelo de Adeom que instaló Vázquez en la intendencia fracasó y lo pagaron Arana, Ehrlich y Olivera, siendo el mismo que se aplicó en la Educación.
“Ese mismo modelo lo instauró en la educación con la Ley de Educación y notoriamente como tiene dos votos en tres los representantes gremiales hacen lo que tiene que hacer un representante gremial, vela por el interés de su gremio. Primero, si lo puso su gremio lo tiene que defender. Si uno le suma que para tomar decisiones muchas veces de los cinco integrantes se necesitan cuatro votos y que además a quienes puso el Gobierno son también gremialistas hacen una mayoría que no permite en la educación hoy avanzar y vivimos una etapa de debate permanente. En la salud lo mismo, manda el señor Silva que tiene a los demás sometidos. Es el mismo esquema que parece muy difícil de desarmar.  Discúlpenme por lo que les voy a decir, lo vamos a desarmar porque necesitamos gente que vele por toda la sociedad, no por los gremios solamente ni solo por los empresarios, es así la historia de mi partido”, señaló Bordaberry.

¡Hay plebiscito!

Volver al pasado

Por Dr. Pedro Bordaberry (*)
Quiso el destino que el mismo día cayera Muamar Ghadafi en Libia y la Banda terrorista ETA anunciara el cese definitivo de sus actividades delictivas.
Gadafi llevaba 42 años en el poder en el país africano. Tan sólo esa cantidad de años en el gobierno y las múltiples denuncias en su contra eran suficiente indicativo de una situación no democrática. La rotación en el poder es una señal de salud democrática que si no se cumple termina casi siempre como, tristemente, terminó esta semana en Libia.
Cabe recordar que no hace mucho el Presidente de Venezuela, que ya lleva muchos años en el poder, manifestó su admiración por él. A tal extremo que le regaló una réplica de la espada de Simón Bolívar.
El cese definitivo de la actividad de la banda terrorista ETA alivia a España y el Sur de Francia. En nuestro país hay un recuerdo triste de Eta a través de los episodios del Filtro y la declaración de la Junta Departamental de Montevideo del año 1993 por la que se pedía el asilo para miembros de dicha banda.
La manifestación que terminó con los hechos del filtro había sido convocada a través de CX 44, en aquel entonces vinculada al Movimiento de Liberación Nacional, hoy integrante del MPP. La declaración de la Junta fue votada por la mayoría que en ese entonces tenía el Frente Amplio.
Los hechos de esta semana pusieron fin, por suerte, tanto a la dictadura de Gadafi como a las actividades de la banda que aterrorizó al País Vasco y España.
Tanto el Norte de África como España hoy mirarán el futuro con esperanza y, Dios quiera, paz.
Al mismo tiempo en que esto sucede en otros lugares del planeta, en el Uruguay nos volvemos a enfrascar con el pasado.
Lo hacemos de la peor forma: proponiendo no respetar el voto de los uruguayos, la decisión adoptada libremente y confirmada ¡dos veces! por el pueblo.
El Frente Amplio propone, de nuevo, desconocer el voto de los uruguayos. Esta semana ingresó al Parlamento una ley que deja sin efecto la ley de caducidad repitiendo un intento que fracasara hace unos meses.
El tema es doblemente grave.
El país enfrenta hoy problemas muy graves en su educación, salud, seguridad, empleo de  calidad. En lugar de concentrar nuestros esfuerzos en solucionar estos problemas volvemos a temas ya resueltos por la voz de la ciudadanía manifestada a través del voto.
Por otro lado parece que el Partido que nos gobierna quiere cumplir con la máxima del Dr. Tabaré Vázquez: “el pueblo cuando vota no siempre tiene razón”. Por ende puede desconocerse lo que los uruguayos decidieron con su voto.
Este iluminismo es peligroso. ¿Quién decide que el pueblo se equivocó cuando votó? ¿Tabaré Vázquez? ¿La mesa política del Frente Amplio? ¿Los legisladores en el Parlamento?
Si el Frente Amplio pierde la próxima elección nacional, ¿entenderá que el Pueblo se equivocó? ¿Entregará el poder como marca la Constitución?
Tenemos derecho a dudar sobre esto si su candidato a Presidente dice que los uruguayos cuando votamos no siempre tenemos razón y su partido propone desconocer lo resuelto en dos oportunidades por el Pueblo.
Esto revela además de un profundo desconocimiento del funcionamiento democrático una conducta peligrosa: hay alguien que entiende que puede sustituir al voto popular. Con Batlle y Ordoñez les decimos que “no es que el Pueblo no se equivoque, es el único que puede hacerlo”.
Jefferson, uno de los padres de la Constitución norteamericana de la que Artigas tomó sus fundamentos, afirmaba que cuando una mayoría circunstancial oprimía al individuo o la minoría, era culpable de erosionar los fundamentos de la sociedad, lo que constituye un crimen.
Si votamos dos veces y decidimos una cosa no puede hoy el Frente Amplio desconocer esto.
Salvo que alguien esté pensando en quedarse 42 años en el poder, regalar la espada del libertador, o volver a apoyar – como en el pasado – a bandas terroristas que por suerte hoy depusieron sus armas.
(*) Abogado. Senador de la República. Líder de Vamos Uruguay

Colorados y blancos alcanzan las firmas para bajar la edad de imputabilidad

Anuncian que seguirán con las tareas de recolección hasta fin de año. Hasta diciembre, tienen como objetivo arribar a las 300 mil
Con la presencia de los senadores Pedro Bordaberry y Luis Alberto Lacalle, la Comisión por la Seguridad para Vivir en Paz anunció que llegó al mínimo requerido de 256 mil firmas para plebiscitar la baja de la edad de imputabilidad. Irán por las 300 mil.
Este sábado 22, en el local central de la mutualista Casa de Galicia y poco antes de caer el sol, decenas de integrantes de la Comisión por la Seguridad para Vivir en Paz irrumpieron en un fuerte aplauso, luego que el diputado Gustavo Borsari (UNA) anunciara que habían llegado a las 256 mil firmas necesarias para plebiscitar la baja de la edad de imputabilidad de 18 a 16 años.
Detrás de Borsari y del diputado colorado Germán Cardoso (Vamos Uruguay) -los voceros de la conferencia de prensa en que se realizó el anuncio- estaban parados los senadores Lacalle y Bordaberry, los dos principales líderes políticos que impulsan la campaña de recolección de firmas.
También se hicieron presentes los diputados de UNA Álvaro Delgado, Ana Lía Piñeyrúa y Verónica Alonso, en tanto legisladores de Vamos Uruguay reunieron firmas por varias zonas.
El segundo "FIRMAZO" fue catalogado como un éxito por sus organizadores, que adelantaron continuarán con la recolección de firmas durante lo que resta de este año 2011, con el objetivo de llegar a las 300 mil.
También abundaron ayer las críticas al gobierno, en lo que refiere a su gestión en seguridad ciudadana y el tratamiento de los menores que cometieron delitos.
El Partido Colorado tenía 222 mil firmas contabilizadas y ayer recolectó 29 mil más, anunció Bordaberry pasada la hora 19 en la sede colorada de la calle Martínez Trueba, restando sumar las recogidas en Artigas, Rivera, Flores, Florida y Colonia.
"GRAN NOTICIA". "Hemos alcanzado el mínimo constitucional", afirmó Borsari en la conferencia de prensa y debió interrumpir su discurso por los aplausos de los presentes. "Estamos bordeando la cifra, que son unas 256 mil firmas, exigidas por la Constitución y esta es una gran noticia", agregó.
El legislador sostuvo que "la otra gran noticia" es que se continuará recolectando firmas "de aquí hasta fin de año por lo menos, para poder a principios del año que viene entregarlas, para alcanzar, acercarnos o pasar la cifra de 300 mil voluntades", sostuvo el diputado.
Borsari dijo que "la gente y sobre todo los padres de familia" están pidiendo primero atender a las víctimas del delito y en segundo lugar crear "de una vez por todas el Instituto del menor infractor". En ese sentido, afirmó que el gobierno, "teniendo la ley aprobada para la creación de este instituto y los recursos ya disponibles por el presupuesto, no ha puesto ni un solo ladrillo".
Borsari resaltó que la comisión nacional por la seguridad y los sectores de los partidos políticos que la acompañan demuestran "que se puede en nuestro país hacer campañas de convergencia, de coincidencia entre amplios sectores de la población uruguaya y por un fin como este, que es el de la seguridad pública (que) no tiene color partidario"
En tanto, Cardoso destacó "la constante militancia y perseverancia" de los miembros de la comisión, "que se han nucleado para trabajar más allá de la pertenencia político filosófica". Dijo que la sociedad "cada vez se siente más desguarnecida" y habló de "intolerancia del Estado, que en los últimos siete años conducido por el Frente Amplio se ha pasado teorizando en materia de seguridad pública y la gente con su firma le está señalando que quiere que de la teoría se pase a la práctica y se haga de una buena vez".
"No alcanza con entregar las 250 mil, hay que entregar 300 mil para tener un colchón porque algunas pueden ser impugnadas. Así que aún no llegamos a la meta", afirmó Bordaberry a El País. Por eso hizo un llamado "a no aflojar y seguir trabajando" en la recolección de firmas.
Bordaberry declaró que cuando se entreguen las firmas, "el gobierno valorará que hay una gran cantidad de uruguayos que queremos esto y creemos que es lo correcto".
"Las encuestas que publicó esta semana el Ministerio del Interior son contundentes, porque una encuesta puede errar un 5%, un 10% y estas son concluyentes", dijo.
"Así que espero que el gobierno le preste un poco de atención, en especial en lo que refiere al Instituto de Rehabilitación del menor fuera del INAU", agregó. Expresó que el Poder Ejecutivo "tiene la ley que dice que en los próximos años se puede crear (el instituto) fuera del INAU y hay que hacerlo ya, tiene los fondos".
"Eso es lo más importante, tiene la plata y el instrumento para recuperar muchachos que delinquen y no lo está haciendo. Es imperdonable", remarcó Bordaberry.
Iniciativa de reforma
La iniciativa de reforma constitucional prevé que los mayores de 16 y menores de 18 años serán penalmente responsables por la comisión de delitos como homicidio intencional, rapiña, copamiento y violación. También incluye que los antecedentes de los adolescentes serán considerados en los procesos penales a los que sean sometidos luego de los 16 años.

sábado, 22 de octubre de 2011

¡OOOOSSSSOOOO!

Por Reinaldo Perdomo

¡Qué suerte! Parece que el Dr. Tabaré Vázquez  ya estaría dispuesto a “renunciar” a la renuncia que hizo días pasados a la actividad político-partidaria, lo que significaba que renunciaba a sus pretensiones a la candidatura única del Frente Amplio para las elecciones del 2014.

Ahora anunció que no lo habían entendido, que lo que había querido decir es que no sería candidato para las elecciones del…. 2029!!

¡Mire que somos ignorantes los uruguayos! ¿Cómo fuimos capaces de no entender ese anuncio tan sencillo, sobre todo proviniendo de tan ilustre personalidad?

Con esta lección, capaz que ahora le creemos si nos dice que él nunca le mandó una felicitación al Goyo Álvarez cuando fue “electo” por el “Consejo de la Nación” como “Presidente de la República”. O que no fue a EEUU a pedirle ayuda a Bush para invadir a la Argentina, sino a desayunar tocino con huevos revueltos ante una cordial invitación del yanqui.

Si un día de estos, nos anuncia que renunció a su cargo de asesor en el Fondo Monetario Internacional, no seamos crédulos, será que seguramente lo hará porque lo han designado Presidente del mismo.

Creo que los frenteamplistas, de aquí en adelante, cuando Tabaré les de la mano, lo hagan con cuidado, porque seguramente les va a retirar el brazo y les va a decir: ¡“oooosssssoooo”!
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