El SEMANARIO RECONQUISTA es el órgano de prensa de la Agrupación Reconquista del Partido Colorado, fundado por Honorio Barrios Tassano y Carlos Flores. Director Prof. Gustavo Toledo.

miércoles, 29 de junio de 2011

Sí o no al átomo bueno

Por Ing. Álvaro Bermúdez (*)

La pregunta es: ¿hay alguna posibilidad mejor que una central nuclear? Diga por favor: ¿cuál es?

Aquellos que piensan en una dicotomía, país industrial o país de servicios, deben conocer las necesidades energéticas de un país completamente volcado a brindar servicios, sin futuro industrial.

El turismo necesita importantes cantidades de energía.

Los hoteles 5 estrellas tienen consumos energéticos similares a las industrias medianas; la multiplicación de los acondicionadores de aire, las comunicaciones celulares, el inevitable transporte eléctrico (que se desarrolla hoy en día vigorosamente) habrán de consumir cada vez más.

El servicio deberá ser ininterrumpido y de buena calidad, sin apagones y sin caída del voltaje.

Los opositores a la energía, nuclear serán responsables de la dependencia en la cual quede el país y de las perdidas enormes que sufrirá por no tener la electricidad  necesaria y barata capaz de estimular la industria y el turismo.

Un mito a poner en su debida proporción, son las llamadas energías de alternativa, que pueden ser útiles, pero que sin excepción, son mucho más caras.

1) Para generar 600 MW firmes, de origen solar; es necesario que los paneles cubran varios departamentos y que por consiguiente, se produzca una merma importante en la producción ganadería, agrícola y forestal.

Todo para lograr energía de día y no, de noche, los días que no sean nublados. 
Basta plantearlo una vez para saber que la energía solar no es la solución que el Uruguay está pidiendo. El sol en la latitud 35º no es abrasador y el costo final es desmesurado. Sobre este punto no hay dos opiniones.

2) La energía eólica demanda una inversión similar a la nuclear para lograr los 600 MW;  pero algo impulsado por el viento no puede generar sin interrupción. La inversión real para poder asegurar 600 MV de promedio, con cierto grado de probabilidad estadística, exige disponer de 5 veces la potencia necesaria.

La energía de origen eólico, cuesta pues 500% más que una central nuclear; y por si fuera poco, pide un mantenimiento mucho más costoso.

Las grandes torres con su generador son más endebles de lo que parece.
Hay una saga de videos en Youtube,  que pone la piel de gallina.

Generar 3.000 MW para promediar los 600 necesarios, requiere instalar 15.000 de molinos eólicos de un mega, que cuestan grosso modo, 15.000 millones de dólares, sin contar el precio de la tierra o su arrendamiento.

3)  También la bíomasa para generar un promedio de 600 MW los 365 días del año ocuparía grandes superficies de campo, en desmedro de los alimentos, la agroindustria y la exportación.

Nadie plantea pues, la posibilidad de cubrir nuestras necesidades mediante la biomasa. Aunque es perfectamente admisible que se hable de tal o cual lugar donde están dadas las condiciones y resulte económicamente lucrativo quemar biomasa para producir electricidad in situ.  

Considerando los costos inevitables, una central nuclear resulta ser la opción más conveniente. Pagado el precio del reactor (que comprende el costo del desmantelamiento final) se contará con más de 600 MV (700 o más) firmes, mediante una usina que en el precio incluye el combustible de cinco años, que se detiene pocas veces y en cortos intervalos y que dura 70 años; prácticamente, hasta el siglo que viene. Los números de esta nota son aproximados, pero su margen de error no altera en nada esta última conclusión.

(*) Ingeniero. Ex Director de Energía del gobierno del Dr. Jorge Batlle (2000-2005)

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