El SEMANARIO RECONQUISTA es el órgano de prensa de la Agrupación Reconquista del Partido Colorado, fundado por Honorio Barrios Tassano y Carlos Flores. Director Prof. Gustavo Toledo.

domingo, 29 de mayo de 2011

Pedro Bordaberry en Maldonado.

Vamos Maldonado y la AGRUPACIÓN RECONQUISTA recolectó 10.000 firmas para plebiscito.
El próximo miércoles 1 de junio, a las 20 horas, el senador Pedro Bordaberry, líder de Vamos Uruguay, visitará la sede de Vamos Maldonado (Sarandí esquina Treinta y Tres) en compañía del diputado departamental Germán Cardoso, donde se les hará entrega de las primeras 10.000 firmas recolectadas por su sector y la AGRUPACIÓN RECONQUISTA con el objeto de convocar a un plebiscito que baje la edad de imputabilidad de 18 a 16 años, mantener los antecedentes de los menores infractores y crear un instituto especial de contención de los adolescentes delincuentes por fuera del INAU y del sistema carcelario de adultos.
Invitamos a los correligionarios que han participado de la tarea de recolección de firmas y a la ciudadanía en general a acompañarnos.
Sede de Vamos Maldonado, entre Sarandí esquina Treinta y Tres, a las 20 horas.

Todólogo.

Por Dr. Pedro Bordaberry (*)
En un reciente artículo Manuel Rodríguez Rivero se queja, con razón, de la sustitución de la opinión fundada y profunda por la mera opinión.
La  columna, publicada en el diario El País de Madrid (http://tinyurl.com/3kcxn7l),  critica a la sociedad actual en la que “el juicio fundamentado sobre los grandes asuntos colectivos escasea”. Ha sido sustituido por la mera opinión o el debate-espectáculo sobre asuntos de agenda inmediata.
Fue reemplazado, afirma Rodríguez Rivero, por “el circo de los todólogos”. Estos no hablan sino que gritan y largan a diestra y siniestra opiniones sobre todos los temas, cambiando de agenda todo el tiempo.
Parece ser fruto de estos tiempos. En las últimas semanas el mundo paso con una rapidez asombrosa de la boda real en Inglaterra, a Bin Laden, de este a Dominique Strauss Kahn y su presunta violación, de ahí al hijo ilegítimo de Arnold Schwarzenegger, a las acampadas del 15 M en Madrid, el bombardeo en Libia y terminamos de nuevo con la CIA en la casa de Bin Laden.
En nuestro país las cosas no fueron distintas. En una rápida agenda hemos pasado del video militar del Presidente, a la ley de Caducidad que quiso derogar pero que le pidió a los Diputados que no derogaran, al Ministro que se le escapó, y ahora a la propuesta de ponerle más impuestos al Agro.
Esto demuestra esa falta de profundidad en los análisis, en las opiniones. Parece que vivimos gobernados por la mera opinión, el debate-espectáculo sobre los asuntos de la agenda inmediata, los todólogos que de todo saben y de todo opinan.
Escasea el juicio fundamentado sobre los grandes asuntos colectivos, no hay rumbo, sino meros impulsos que un día empujan hacia un lado y al siguiente hacia otro.
El último episodio, esta semana, fue la propuesta del Presidente de poner más impuestos al Sector Agropecuario. Razones básicas imponían un análisis profundo del tema. Consultar a los Ministros involucrados, el de Economía y el de Ganadería, y analizar cómo impacta el asunto en las políticas de mediano y largo plazo que se están llevando a cabo.
Eso no lo hizo el Presidente. El 25 de Mayo, luego de concurrir a la botadura de la barcaza “Río de los Pájaros Pintados” y a la celebración de la fecha patria de la República Argentina, el primer Mandatario expresó que subiría los impuestos al sector agropecuario.
Los Ministros de Economía y de Ganadería se enteraron por la prensa de lo que propuso el Presidente. No los consultó, los dejó como el nombre del río de la barcaza que inauguró. 
Lo que no es nuevo, si se tiene en cuenta que unos días antes se había reunido con las autoridades del deporte sin el Ministro de Deporte que también se debe haber enterado por la prensa. En otra ocasión inició una investigación personal del presunto video amenazante sin dejar que los Ministros de Defensa e Interior le preguntaran sobre el mismo. En el episodio de la ley de Caducidad dijo que el Ministro de Relaciones Exteriores “se le había escapado”, le pidió a los Diputados que no voten la ley pero después, por radio, les pidió que si la votaran.
Una cuestión de delicadeza política imponía también que se consultara a la oposición sobre los cambios tributarios. Hace un año se nos pidió que acompañáramos al Presidente cuando por primera vez se presentaba ante la comunidad internacional de inversores. Es bueno para el país que este todo el sistema político unido en esto, se nos dijo.
Ahí fuimos a apoyar al Presidente y el Uruguay lo que fue destacado por la prensa internacional como algo único. Hace un mes se nos pidió lo mismo y ahí estuvimos de nuevo. Más allá de diferencias, el Uruguay está siempre primero.
En ambas ocasiones el Presidente les pidió a los inversores que no sólo inviertan en el país sino que “se vengan a vivir” porque no les vamos a poner más impuestos. 
¿Cómo quedamos los que apoyamos al Presidente cuando hacía promesas que deja de lado rápidamente? ¿Cómo volver a concurrir y apoyarlo si lo que dice después no lo cumple?
Lo peor de todo es lo que viene después. Cuando se da cuenta que se equivocó trata de arreglarlo y es peor.
El video no era video sino imágenes que sólo él vio. Almagro dijo que presentaba la ley anulatoria siguiendo sus instrucciones pero eso no es cierto sino que “se le escapó” (pero sigue en el cargo). Los diputados no tenían que votar la ley anulatoria de la caducidad, pero si no la votaban él les pidió que sí la votaran. Reta al Parlamento que no aprueba una ley que está en una Comisión que preside su mujer y en la que su Partido tiene mayoría. Se junta con las autoridades del fútbol por el contrato de la televisión con la AUF pero no le avisa al Ministro de Deportes sino al de Interior.
Afirma que pondrá más impuestos al Agro para obras de infraestructura pero lo que propone recaudará 20 millones de dólares con los cuales podrá construir entre 20 y 35 kilómetros de los miles que necesita el país.
Como termina Rodríguez Rivero el eco insoportable de los gritos de los todólogos “hace aún más estruendoso el silencia de otras voces ahora ausentes”.
(*) Abogado. Senador de la República. Líder de Vamos Uruguay.

Polémica en el bar.

Por Dr. Ope Pasquet (*)
La manera de ser y de actuar de José Mujica podrá gustarles más o menos a unos o a otros, pero nadie puede negar que concita la atención, gana espacios en los medios de prensa, provoca comentarios y hace de Mujica una figura política colorida y singular, capaz de recoger adhesiones en todos los sectores de la sociedad.  No vale la pena detenerse en el inventario de los rasgos que componen esa singularidad; ya fueron señalados muchas veces y son bien conocidos por todos. Tampoco parece útil volver a destacar la tremenda eficacia electoral del “estilo Mujica”: el tiempo electoral ya pasó y Mujica es hoy el presidente.
De lo que se trata ahora es de gobernar, y lo  que estamos viendo es que los rasgos de personalidad y las maneras de actuar que ayudan a ganar a un candidato, no necesariamente son los que definen a un buen presidente.
En lo que va del año se han configurado varias situaciones que ponen de manifiesto un alarmante desorden en el Poder Ejecutivo, generado por un presidente que parece no entender que él y sus ministros no pueden andar cada uno por su lado.
El episodio más reciente es el atinente al aumento del impuesto sobre la tenencia de tierras. El presidente anunció por la prensa su propósito de promover ese aumento. El Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca no estaba enterado de las intenciones presidenciales. Se molestó y amagó con renunciar a su cargo. Después de una reunión “tensa” con el presidente –así la  calificaron todos los medios- Aguerre habría desistido de su intención de abandonar el gabinete. No le resultará cómodo, suponemos, explicarle al Congreso de la  Federación Rural –al que asistirá  mañana sábado- que se entera de la política tributaria para el sector leyendo Búsqueda...
Otro que está molesto es el ministro de Turismo y Deporte, Héctor Lescano. El presidente se reúne con la gente del fútbol y no lo hace en su compañía, sino junto a otras figuras del gobierno. El ministro se siente desairado y no es para menos; especialmente, teniendo en cuenta que esto ocurre después que Tenfield criticara duramente su gestión.
En cambio, al ministro de Industria, Roberto Kreimerman, no parece preocuparle demasiado la opinión presidencial. Mujica ha dicho y repetido que no quiere impulsar una “ley de medios” (de comunicación); en una entrevista que concedió al diario argentino “La Nación” llegó a decir que las preguntas sobre el tema lo tienen “podrido” y que si alguien le lleva un proyecto de ley en esa materia, lo tirará a la papelera. Pese a estas contundentes manifestaciones presidenciales, el titular de Industria confirmó esta semana a “La Diaria” que su ministerio sigue trabajando en la elaboración de un anteproyecto y que se lo enviarán al presidente, para que él lo evalúe, “más adelante”. “La libertad es libre y cada uno hace lo que quiere”, parece pensar el ministro, y el presidente lo consiente.
El trámite del fracasado proyecto de ley de anulación de la Ley de Caducidad es bien conocido. Durante meses, el canciller Almagro y su subsecretario Conde le dijeron al Parlamento y a la prensa que promovían dicho proyecto en nombre del Poder Ejecutivo. Después Mujica dijo que no era así y que el Canciller se le había “escapado”. Y lo que es aún peor: después que el presidente se pronunciara en esos términos, el subsecretario Conde lo desmintió públicamente, insistiendo con la versión de que el Ministerio de Relaciones Exteriores había actuado siempre como instrumento de ejecución de la política del Poder Ejecutivo. Ante tantas señales contradictorias los diputados frenteamplistas optaron,  como es notorio, por ignorar las tardías recomendaciones de Mujica, de Astori y de Vázquez, votando a favor del proyecto de ley en cuestión.
Son demasiadas contradicciones e incongruencias, cuando ya pasó más de un año desde que se instaló el gobierno. La improvisación, la falta de método, el individualismo exacerbado y la consiguiente imposibilidad de trabajar en equipo pueden no restarle nada y aún agregarle valor mediático al candidato Mujica, pero debilitan evidentemente la gestión del presidente Mujica. Donde debiera haber certezas, hay dudas; quien tendría que ser el principal sostén de las primeras, es  la gran usina generadora de las segundas.
El actual no es un gobierno para “un país de primera”.
Más se parece a una renovada puesta en escena de aquel viejo programa de televisión, “Polémica en el bar”.
El hecho nos duele, a quienes nos empecinamos en seguir creyendo y sosteniendo que la república no es un boliche.
(*) Abogado. Senador de la República. Secretario general del Partido Colorado.

"No aceptar Amnistía fue un error del Ejército".

Declaraciones del vicealmirante Zorrilla.
Para el vicealmirante Juan José Zorrilla, quien asumiera como Comandante en Jefe de la Armada en 1972, dijo en una publicación colorada que el Ejército cometió un "error" al no aceptar ser incluido en la Ley de Amnistía. Zorrilla agregó que "el Ejército no estuvo de acuerdo con la ley porque no quiso ponerse al mismo nivel que sus vencidos".
Juan José Zorrilla asumió como Comandante en Jefe de la Armada en marzo de 1972 y ocupó el cargo hasta el 73, cuando renunció luego de que las Fuerzas Armadas y Juan María Bordaberry llegaran a un acuerdo en el Pacto de Boiso Lanza.
En una entrevista publicada en la publicación mensual de filiación colorada "A dónde vamos", el ex militar fue consultado sobre su valoración de la Ley de Caducidad. Según Zorrilla, el Ejército cometió un "error" que culminó con la creación de la ley. "
"Cuando se elaboró la ley de Amnistía se la quiso hacer para los dos bandos - posición que yo compartí - pero el Ejército no estuvo de acuerdo con la ley porque no querían estar al mismo nivel que sus vencidos", opinó Zorrilla.
Según el ex comandante la negativa de los militares provocó que la Justicia comenzara a citar a militares a declarar por denuncias de violaciones a los Derechos Humanos. "Ahí fue cuando el Comandante en Jefe, Hugo Medina, dijo que tenía todas las citaciones archivadas en su caja fuerte y no iba a ir ningún militar a declarar" recordó Zorrilla, agregando que si eso sucedía habría un desacato al Poder Judicial.
"De ahí surgió la Ley de Caducidad. Fue, en definitiva, la única solución que se vio en aquel momento para apaciguar a los militares que no iban a ir a la Justicia, salvo que fuera en el marco de dicha ley" explicó Zorrilla.
Para el ex Comandante en Jefe, los militares tendrían que haber aceptado ser incluidos en la Ley de Amnistía porque "a los que asesinaron los dejaron libres, vaciaron las cárceles, y ahora los tenemos de presidente, de ministros y legisladores".

Vamos Uruguay quiere que se mantengan antecedentes de menores.

Declaraciones del diputado Walter Verri.
El próximo martes 31 se votarán en la Cámara de Diputados tres proyectos sobre los menores infractores. Dos de los proyectos, referidos a la creación de un instituto de rehabilitación juvenil y la modificaciones al Código de la Niñez y la Adolescencia para incorporar como punible la tentativa de hurto y ampliar el plazo de que disponen los jueces para dictar sentencia, cuentan con el apoyo de todos los partidos.
Pese a ello los antecedentes de los menores infractores generan duras discrepancias entre todos los partidos. El Frente Amplio impulsa un proyecto para que estos se mantengan por dos años y que no sea preceptivo para el juez. Los nacionalistas lo quieren por cinco años y obligatorio.
Por su parte el Partido Colorado sostiene una postura más radical. "Nosotros planteamos que los antecedentes no se eliminen y puedan ser usados en cualquier momento con carácter de confidencialidad." dijo a EL PAÍS digital el diputado de Vamos Uruguay, Walter Verri.
"Esto va en consonancia con nuestra campaña de recolección de firmas" agregó Verri.
Esta iniciativa fue planteada durante la reunión de la comisión de Constitución y Códigos de la Cámara baja del Parlamento.

Maldonado: contratan a consultor argentino.

Diagraman futuro ordenamiento en eje de importante vía
Según informó el diario El País, la Intendencia de Maldonado adjudicó al arquitecto argentino Rubén Omar Pesci el trabajo de definir el "Plan Local de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano Eje avenida Aparicio Saravia" de las ciudades de Maldonado y Punta del Este.
Como se sabe, la avenida Aparicio Saravia conecta la zona oeste de la capital departamental por el norte de Punta del Este con los dos puentes ondulantes sobre el arroyo Maldonado, casi en la desembocadura del curso de agua en el océano Atlántico.
Se trata de una de las vías de transito más importantes entre ambas ciudades. A sus lados se encuentran no solo el aeropuerto local de El Jagüel sino que además en su área de incidencia será levantado el futuro centro de convenciones y predio ferial. También hay intereses privados que planifican desarrollos urbanísticos allí.
En las cercanías de la ciudad de Maldonado será construido el complejo de la Universidad de la República. En jurisdicción de nuestro principal balneario se ubicará la planta de tratamiento de efluentes del sistema Punta del Este-Maldonado. Cerca del puente y sobre la margen este del arroyo Maldonado se encuentra el asentamiento de El Placer.
La propuesta de Pesci fue seleccionada entre las ofertas de los arquitectos José Luis Real, Salvador Bernardo Schelotto, Pablo Ligrone, Diego Capandeguy, Juan Daniel Christoff y por el grupo Gesta SRL.
El contrato entre Pesci y la administración del Intendente Óscar de los Santos se firmará bajo la modalidad de arrendamiento de obra con un costo de US$ 116.000 más IVA como consultor senior y con su equipo multidisciplinario. Pesci fue presentado ayer.
La administración municipal también contrató como asesor al arquitecto montevideano Roberto Villarmarzo para trabajar en la Unidad de Gestión Territorial de la Dirección de Planeamiento de la Intendencia de Maldonado. El contrato tiene un plazo de nueve meses durante los cuales Villarmarzo, ex director de Ordenamiento Territorial del Mvotma en la administración Vázquez, percibirá $ 690.000 más IVA.

Seguridad nuclear en Gran Bretaña, Finlandia y Alemania.

Por Ing. Alvaro Bermudez (*)
Las autoridades en seguridad de los tres países Europeos han concluido que no existe razón alguna para cerrar plantas nucleares en sus respectivos territorios como respuesta al accidente de Fukushima Daichii, a pesar de las variadas visiones políticas sobre la tecnología en cuestión.
La industria nuclear y el ente regulador británico se muestran con sólidos argumentos para responder a las lecciones aprendidas del accidente de Fukushima, como muestran las conclusiones a que se ha llegado según Mike Wieghtman cabeza del ente regulador de Gran Bretaña. El 16 de mayo se presentó un informe que forma parte de un programa de trabajo del gobierno en respuesta a los esfuerzos de la Organización Internacional de Energía Atómica IAEA y la Agencia de Energía Nuclear OECD así como la Comisión Europea sobre “stress test” que serán resumidos en un informe final en setiembre del corriente año.
Las 11 conclusiones de Weightman y las 26 recomendaciones se reparten entre gobierno e industria, teniendo en cuenta que el régimen regulatorio británico deberá tomar responsabilidad por las lecciones aprendidas como así también en lo concerniente a seguridad, diseño y operación de las centrales nucleares. La función del ente regulador es estudiar profundamente los planes de seguridad de la industria nuclear, asegurar su robustez y minimizar los riesgos residuales.
Se le pide a la industria nuclear reaccionar responsablemente y apropiadamente demostrando liderazgo en materia de seguridad y “cultura de la seguridad”.
“Analizando las causas directas del accidente de Fukushima no vemos razón alguna para detener la operación normal de las centrales nucleares de potencia o cualquier otra dependencia de la industria nuclear en Gran Bretaña” dice Mike Wieghtman Jefe de Inspectores de Instalaciones Nucleares de Su Majestad.
Weightman dice que “la escala de los desastres naturales del 11 de marzo están muy lejos de los más extremos eventos naturales que Gran Bretaña puede experimentar”.
Personalmente considero que la agresión que la naturaleza propinó a Japón fue de “proporciones bíblicas” siendo el más feroz de los últimos 1000 años.
Las consideraciones de la Agencia Finlandesa de Radiación y Seguridad Nuclear STUK encontró que “no existen nuevos factores de riesgo o deficiencias que requieran inmediatas mejoras en la seguridad nuclear de las centrales nucleares de potencia existentes”. “No se considera posible tan fuerte terremoto ni tan extremadamente alto tsunami en el territorio de Finlandia” así como no lo es en Uruguay o más bien las costas del Atlántico Sur.
Sin embargo las industrias nuclear Finlandesas deberá tomar medidas adecuadas que satisfagan las exigencias del ente regulador en materia de inundaciones y deberán tomar en consideración la sustentabilidad del suministro de energía eléctrica de emergencia de manera de lograr la auto suficiencia.
Mientras en Alemania, los políticos permanecen convencidos de la necesidad de lograr una “salida de lo nuclear” con el único debate de “cuán rápido esta salida debe instrumentarse”. Se desarrolla una discusión de tres meses para determinar el camino a seguir pero ya se han cerrado las operaciones de ocho reactores en operación desde los años 80.
El país ha recibido un reporte del regulador en la persona de Rudolf Wieland cubriendo similares asuntos como los de Gran Bretaña y Finlandia pero agregando un estudio sobre impactos de naves aéreas sobre plantas nucleares como una categoría de evento extraordinario.
Una declaración del Ministerio de Medio Ambiente informa al Ministro Rorbert Röttgen que “no existe razón alguna que aconseje el cierre inmediato de las plantas nucleares de potencia”.
“Yo me atengo a la premisa de que debemos abandonar la energía nuclear tan rápido como sea posible y remplazarla por energías renovables y eficiencia energética” dijo.
Hoy el 14% del precio que pagan los ciudadanos alemanes por la energía va directamente a subsidiar las energías renovables mientras las industrias intensivas en el uso de energía están exentas de pagar dicho impuesto, por ahora.
La canciller Angela Merkel está preparando un documento de “salida ordenada de lo nuclear” mientras una comisión de ética debe elaborar un informe respecto de lo moralmente correcto de operar plantas nucleares en Alemania así como de importar energía nuclear de países vecinos. ¿No nos suena esto conocido en Uruguay? 
El artículo 24 de la Ley de Regulación Eléctrica nos prohíbe la compra de energía eléctrica generada por medios nucleares pero ¿quién distingue la electricidad proveniente de la central nuclear de Atucha o de Rio Tercero en Salto Grande, donde está la conexión eléctrica con Argentina, de la electricidad de otro origen?, o será que nuestra Universidad de la República está más avanzada que EEUU y Europa y podemos discernir cual es la electricidad que proviene de los reactores Angra I y II en la conexión en Rivera con Brasil?
(*) Ingeniero. Ex director de Energía del gobierno del Dr. Jorge Batlle (2000-2005).

Maratón constitucional.

Por Gustavo Toledo
El pasado 26 de mayo, con motivo de celebrarse el Día del libro, la Embajada de España organizó la primera maratón de lectura del Quijote en nuestro país. Al igual que en la Madre Patria, cada 23 de abril, durante 24 horas, figuras del quehacer público y privado –desde el ex presidente Jorge Batlle hasta la primera dama Lucía Topolansky, pasando por escritores, científicos, amas de casa y escolares de túnica y moña- leyeron pasajes de la obra del gran Miguel de Cervantes. Ese mismo día, la Editorial Banda Oriental reunió en la entrada del Teatro Solís a trescientas personalidades de la cultura y la política uruguayas para una fotografía que conmemora los 50 años del sello editorial. Un encuentro único, de enorme trascendencia simbólica, en el que confluyeron escritores jóvenes y veteranos, narradores e historiadores, poetas y ensayistas, consagrados y casi desconocidos.
Dos excelentes ideas, sin dudas, que reafirman la vitalidad de nuestras letras y el compromiso de un amplio sector de nuestra sociedad con la cultura, más allá de ideologías, clases sociales y diferencias generacionales. Ahora bien, debo ser franco y reconocer que tan pronto tomé conocimiento de ellas, mi cabeza se disparó hacia otro lado. ¿Se imaginan, aquí, un día dedicado completamente a la lectura de nuestra cada vez más olvidada Constitución de la República? ¿Se imaginan a “lectores” de todas las edades, tendencias y responsabilidades imbuidos de ese espíritu republicano que nos falta, dispuestos a reivindicar su apego al Estado de Derecho y a los principios de la democracia liberal en una “foto familiar” que los reúna a todos como aquella vez en el Obelisco? Bueno, no sé ustedes, pero yo sí.
Me imagino, por ejemplo, un Palacio Legislativo rebosante de ciudadanos en el que, durante 24 horas, el presidente de la República, sus ministros, legisladores oficialistas y opositores, dirigentes políticos, directores de entes autónomos, líderes religiosos, sindicalistas, empresarios, militares, docentes, artistas, médicos, periodistas, jueces y estudiantes lean en voz alta pasajes de nuestra Carta Magna. Me imagino, si cierro los ojos, a los presentes leyendo a coro y en voz bien alta: “Todas las personas son iguales ante la ley no reconociéndose otra distinción entre ellas sino la de los talentos o las virtudes” (Art.8). Me imagino, también, a algunos jerarcas policiales y ministeriales leyendo: “Las acciones privadas de las personas que de ninguna modo atacan el orden público ni perjudican a un tercero, están exentas de la autoridad de los magistrados” (Art.9). Me imagino, si me concentro, a algunos líderes sindicales reacios a la formación de otras organizaciones sindicales leyendo: “Todas las personas tienen derecho a asociarse, cualquiera sea el objeto que persigan, siempre que no constituyan una asociación ilícita declarada por la ley” (Art. 38). Me imagino a algunos banqueros y prestamistas leyendo: “Prohíbase la usura” (Art. 52). Me imagino a ciertos dirigentes políticos empeñados en hacer del Estado un comité de base leyendo: “Los funcionarios están al servicio de la Nación y no de una fracción política. En los lugares y las horas de trabajo, queda prohibida toda actividad ajena a la función, reputándose ilícita la dirigida a fines de proselitismo de cualquier especie” (Art. 58). Me imagino a  los jerarcas de la Enseñanza a los que les da dentera oír hablar de la Educación Privada leyendo: “Todo padre o tutor tiene derecho a elegir, para la enseñanza de sus hijos o pupilos, los maestros e instituciones que desee” (Art. 68). Me imagino al presidente Mujica, al ex presidente Tabaré Vázquez, a los legisladores oficialistas -con las excepciones del renunciante Fernández Huidobro y el heroico Semproni- y a los camaradas del Plenario, leyendo al unísono: “La Nación adopta para su gobierno la forma democrática republicana” y “su soberanía será ejercida directamente por el Cuerpo Electoral en los casos de elección, iniciativa y referéndum, e indirectamente por los Poderes representativos que establece esta Constitución”(Art. 82). Me imagino a algunos funcionarios públicos y especialmente a algunos jueces olvidadizos leyendo: “Los magistrados judiciales, los miembros del Tribunal de lo Contencioso Administrativo y del Tribunal de Cuentas, los Directores de los Entes Autónomos y de los Servicios Descentralizados, los militares en actividad, cualquiera sea su grado, y los funcionarios policiales de cualquier categoría, deberán abstenerse bajo pena de destitución e inhabilitación de dos a diez años para ocupar cualquier empleo público, de formar parte de comisiones o clubes políticos, de suscribir manifiestos de partido, autorizar el uso de su nombre y, en general ejecutar cualquier otro acto público o privado de carácter político, salvo el voto” (Art. 77, 4º).
Por cierto, ninguna constitución es un libro de recetas, ni un manual de gobierno, ni la panacea universal, sino el contrato que regula nuestra vida en sociedad, consagrando un conjunto de derechos y obligaciones que no son propiedad de algunos sino de todos. ¿Se imaginan cuántos problemas menos tendríamos si quienes juraron “guardar y defender” ese librito ninguneado y ejemplar realmente lo hicieran? Bastante menos de los que hoy tenemos, sin dudas.
Sí, ya sé… Que imaginación la mía, ¿no?

martes, 24 de mayo de 2011

Se cerró una etapa.

Declaraciones de Pedro Bordaberry.
Tras la decisión que tomó el Parlamento de mantener los efectos de la Ley de Caducidad el senador colorado Pedro Bordaberry dijo que esto puso un punto final a un momento de la historia del país.
En sus primeras declaraciones tras la votación, el líder de Vamos Uruguay dijo a EL PAÍS digital que "se terminó una etapa en la que creo que el presidente Mujica equivocó el camino de tratar de solucionar el tema de una parte de los uruguayos".
Para Bordaberry esto se da de una forma distinta a los intentos del pasado, como la Comisión para la Paz que se creó durante la presidencia de Jorge Batlle o el "Nunca Más" de la administración Tabaré Vázquez.
De todas formas consideró que ahora es tiempo de "trabajar hacia adelante, de enfocarnos en los problemas de la educación, de la seguridad y de la infraestructura".
No considera negativo que se continúe tratando el tema de la Caducidad, siempre y cuando otras áreas sean prioridad de la agenda política.
"Esperemos que no se trabaje como se trabajó hasta ahora, yendo para adelante y para atrás", indicó.
Finalmente, Bordaberry dijo que lo importante es "respetar la decisión de los uruguayos".

Tomado textualmente del foro del Diario La República

Por Reinaldo Perdomo

Imaginen esta historia:

1)    Con la desproporción que en el plenario del fa existe, en relación a los votos, se decide violar la constitución y pasar por encima de dos plebiscitos.

2)    Preocupa el costo político, por lo tanto deciden avanzar con los senadores y realizar encuestas secretas.

3)    Se aprueba en senadores y las encuestas dan que el costo es impresionante.

4)    Deciden que se lleve a diputados, pero arreglan exprofeso que uno de ellos (eligen a Semproni con el visto bueno de él), que sea quien evite que se apruebe.

5)    De esta forma, la cámara alta no queda en vergüenza pues no sale esta ley que los dejaría a la intemperie.

6)    Mientras, hay que salvaguardar la figura de Vázquez, caída a menos con su frasecita de que no totas las mayorías tienen la razón por lo cual se unen Mujica, Astori y claro, Vázquez, que nuevamente se de vuelta como una media.

7)    Resumen, no sale la ley pues empatan con el teatro del Sr. Semproni y evitan el gran costo político. El poder ejecutivo queda algo mejor, pero al final se dan nuevamente vuelta, pero claro, no Vázquez, pues hay que cuidarlo para el 2014.

8)    No dejan tuerto y cojo a los senadores pues el resto los apoyo.

9)    Semproni envía una carta para ser llevado a juicio político (que valiente y honorable es, pero solo es un gran artista).

En resumen, intentan no quedar en ridículo, pero quedaron igual.

Intentan que el costo político se minimice, pero los uruguayos tenemos memoria y esta traición es vergonzosa, nunca más mayorías políticas.

Intentan que el Sr. Vázquez quede ileso de esta brutal traición (eso intentan pero no somos tontos sabemos qué hicieron).

En fin, les salió mal la jugada e intentan quedar lo menos mal, pero demostraron una soberbia impresionante, colocándose como iluminados frente al pueblo, y enfocaron como que el fa defiende los derechos humanos y el resto no, siendo esta una gran mentira, pues los demás lo que no deseamos es que se burle la decisión del pueblo, pero afirmamos que sí defendemos los derechos humanos, pero jamás a costa de la soberanía y de un golpe técnico.

Señores representantes del Frente, perdieron lo que les costó conseguir durante 40 años: el respeto.

Ya no confiamos en ustedes.

Escuchar a la oposición fue como escucharlos a ustedes cuando estaban en la oposición, y se suponía que éramos diferentes.
¿En dónde hemos sido diferentes?

Unamigo2011@hotmail.com - 21/05/2011 - 14:40 (#2)”

Estimado lector, ¿qué piensa usted?

Sanguinetti confirmó connivencia entre militares y tupamaros.

Ex presidente se refirió al contenido de la obra “Milicos y Tupas”.
El ex presidente de la República, Julio María Sanguinetti, se refirió al contenido del libro “Milicos y Tupas”, del periodista Leonardo Haberkorn, donde se da cuenta que en la década de 1970, miembros del MLN-Tupamaros actuaron en allanamientos y operaciones conjuntamente con fuerzas militares. Agrega que en los cuarteles, los tupamaros participaron en actos de tortura junto a los oficiales en perjuicio de empresarios a los que acusaban de haber incurrido en ilícitos económicos.
“Yo creo que era bastante notorio y conocido; lo que no había era una investigación con evidencias”, afirmó Sanguinetti en declaraciones al programa Tiempo Presente, de radio Oriental.
“En aquel momento bajo el rótulo de ilícitos económicos se produjo una coincidencia. Había unos famosos capitanes que eran los titulares de esta represión en lo cual coincidían con una serie de tupamaros que tenían presos ellos mismos y allí fueron presos muchos empresarios”, recordó el ex mandatario. Y agregó: “Muchos en condiciones adversas, torturaron también y en eso estaban sumados (los tupamaros), eso es lo que se sabía”.
El libro se basa en los testimonios del coronel Luis Agosto,  del profesor de historia y ex tupamaro Armando Miraldi, y del contador Carlos Koncke, quien inició la carrera militar pero terminó militando en el MLN. Todos ellos tienen en común haber pasado, en distintas circunstancias, por el cuartel de La Paloma, en la zona del Cerro de Montevideo en 1972, año en que tuvo lugar la llamada tregua: conversaciones entre militares y tupamaros que estaban presos, quienes, a cambio de que pararan las torturas, colaboraban con la oficialidad en la investigación de ilícitos económicos.
El senador Eleuterio Fernández Huidobro dijo que “es un disparate” hablar de connivencia entre militares y tupamaros. “Que yo sepa, que yo conozca -y yo fui dirigente del MLN- jamás me enteré ni nadie me dijo que algún compañero” haya ayudado a militares a torturar, prosiguió. “No era línea de la organización, es un tamaño disparate”, afirmó Fernández Huidobro. Agregó: “Tampoco tuve noticias de que nadie se hizo el vivo. Es la primera vez que oigo una cosa de esas en mi vida. Tampoco que alguien, un loco suelto, haya hecho alguna cosa en nuestro nombre”.
Sanguinetti reflexionó: “Los extremismos nos van llevando a eso, los monopolistas de la verdad que siempre son los que arrastran a las sociedades en nombre de una convicción absoluta y sin matices a estas tragedias, que luego dura mucho tiempo superar”.

Salgamos del laberinto.

Por Dr. Pedro Bordaberry (*)
Los estudiosos de Jorge Luis Borges coinciden que el Laberinto fue su tema central. Son muchas las obras del argentino universal en el que éste está presente.
Un detective que se pierde dentro de una casa enorme y llena de puertas que se abren, un laberinto, es parte esencial de La Muerte y la Brújula. Como lo es en La Forma de la Espada, La Casa de Asterion, El Inmortal y muchos más.
Borges definía el laberinto como un sitio en el cual uno se pierde en un sitio en el que , a su vez, uno se pierde en el tiempo. En El Laberinto afirma que lo cercan paredes de piedra, rectas paredes que agrieta la usura del tiempo. Ese laberinto lo tiene atrapado.
Para Borges el Laberinto representa el caos al que se enfrenta con la razón. Ese laberinto le gusta a la gente porque se cree que eso es el mundo, le da seguridad aunque no sabe dónde lleva. Pero, concluye, esto no es así.
Ese laberinto borgeano parece haber atrapado al Presidente Mujica y al Frente Amplio en su intento, por suerte fallido, de desconocer el voto de los uruguayos. Laberinto en el que se metió en la segunda mitad del año pasado y cuyas paredes de piedra lo cercaron.
Luego de comenzar su gestión planteando temas que unían y logrando consensos importantes en educación, seguridad y energía, el Presidente abandonó ese camino.
Parece ser que su canciller le propuso una solución mágica para derogar la ley de caducidad: la demanda que se había presentado contra el Uruguay en la CIDH. Si se condenaba al país no habría más remedio que derogar la ley afirmaron desde Relaciones Exteriores.
Fue así que el Ministro, afirmando en el Parlamento tener el apoyo del Presidente, presentó un proyecto de ley que desconocía lo que los uruguayos habíamos resuelto con nuestro voto.
Ante las críticas que recibió, el Presidente intentó tomar distancia del proyecto. Expresó que el gobierno no estaba involucrado en lo que proponía el propio gobierno a través del Ministro de Relaciones Exteriores. Lo que resultó inexplicable.
La aprobación de la ley en el Senado fue controversial. Un Senador votó contra su Partido expresando que no se respetaba el resultado de las urnas. Otro dijo que no estaba de acuerdo pero votaba por disciplina partidaria y renunció después a su banca. Un tercero pidió licencia para no votarlo.
Desde la oposición señalamos que no se podía desconocer lo que votamos los uruguayos. El ex Presidente Tabaré Vázquez contestó que los que votan no siempre tienen razón y por ende se podía desconocer lo que decidió el pueblo con su voto. Razonamiento que muestra graves fragilidades en sus convicciones democráticas. Sobre todo cuando fue el propio partido que pretendía anular la ley quien le había preguntado, dos veces, a la ciudadanía su opinión.
Llegado el tema a la Cámara de Diputados, aparece una encuesta que revela que la mayoría de los uruguayos estábamos en contra de derogar la ley porque hacerlo sería no respetar la decisión adoptada por el voto popular.
Entonces el Presidente y el Vicepresidente, afirmando contar con el apoyo del Dr. T. Vázquez, piden a los Diputados que no voten la ley porque ello afectará el futuro electoral del Frente Amplio. No se lo piden porque hay que respetar el voto sino porque de aprobarse la misma, perderían la elección del 2014.
Pese a ello el Partido de gobierno resuelve que se debe desconocer el voto de los uruguayos y sigue adelante. Dos diputados, del MPP, el grupo del Presidente Mujica, expresan que le harán caso a este y no votarán.
Entonces el Presidente les pide a los dos que ¡no le hagan caso a lo que él mismo pidió y voten la ley! Uno, se mantiene y dice que no la votara. El Presidente le vuelve a pedir que vote, esta vez por radio y el Diputado, Semproni, no la vota pero concurre al Parlamento con guardia policial.
Quiere decir, en resumen, que el gobierno envió un proyecto de ley por intermedio del canciller, pero que el proyecto no es del gobierno pese a que el canciller dice que es pero el gobierno dice que se le escapó, que el Presidente dice que ese proyecto hay que votarlo porque el Frente Amplio pide que se vote, pero el Presidente, el Vice y T. Vázquez le piden a los Diputados que no lo voten pero estos no les hacen caso, salvo dos, por lo que entonces el Presidente les pide que lo voten pese a que les pidió que no lo voten.
Es el laberinto de gruesas paredes que Borges entendía que representaba el caos en contraposición con la razón.
Esa razón que sugiere volver a las cosas que nos unen, como el Cambio en Paz, la Comisión para la Paz o el Nunca Más.
Esa razón que sugiere poner en el orden de prioridades del país la Educación, la Seguridad, la Vivienda, las Obras Públicas, el Empleo de calidad. Antes que la usura del tiempo nos agriete más el laberinto y nos comprometa el futuro.
(*) Abogado. Senador de la República. Líder de Vamos Uruguay.

Una mayoria peligrosa.

Por Dr. Ope Pasquet (*)
El proyecto de ley de anulación de la Ley de Caducidad que estaba en trámite en el Parlamento fue rechazado por la Cámara de Representantes y ya no será ley. El proyecto era antidemocrático, porque desconocía dos pronunciamientos populares. Además, era inconstitucional, como lo señalaron todos los juristas convocados para asesorar a su respecto a ambas Cámaras legislativas. Su sanción hubiese significado un gran paso atrás en la evolución institucional del país, pero su rechazo no basta para asegurar la vigencia del Estado de Derecho.
Corresponde señalar que todos los legisladores de los partidos de oposición cumplieron con su deber: se mantuvieron en sus bancas durante las largas horas de sesión, impidiendo así maniobras sorpresivas del oficialismo; argumentaron con claridad y contundencia y votaron sin fisuras contra el proyecto cuando llegó el momento. Los diputados opositores al gobierno –todos ellos- estuvieron a la altura de las circunstancias.
Sin embargo, no fue la invocación de la voluntad del pueblo soberano, ni la de la Constitución, lo que impidió que se consumase el atentado preparado por el oficialismo contra las instituciones democráticas. Quien lo impidió, como es  notorio, fue el diputado frenteamplista Víctor Semproni. Al retirarse de Sala después de exponer los fundamentos de su actitud, Semproni privó a la bancada de gobierno del voto que necesitaba para evitar el empate y la derrota.
El diputado disidente demostró  independencia de criterio y coraje al actuar como lo hizo. Sin embargo, cabe recordar que el año pasado él también votó y argumentó a favor del proyecto de ley de anulación que entonces estaba en consideración de la Cámara de Diputados, y que en esta ocasión siguió manifestándose a favor de la anulación,  aunque en contra de la aprobación de este proyecto. No celebremos, pues, coincidencias que no existen. Las razones que parecen haber determinado el voto del diputado Semproni tienen más que ver con consideraciones políticas internas al gobierno y al Frente Amplio, que con el respeto a la voluntad popular y a la Constitución.
Los 49 diputados frenteamplistas que votaron a favor del proyecto de ley demostraron, al hacerlo, que para ellos el fin justifica los medios. Quieren “juicio y castigo a los culpables”, como hace 25 años, y para lograr su propósito están dispuestos a ignorar la voluntad del pueblo que ellos mismos convocaron, en dos ocasiones, a pronunciarse sobre la Ley de Caducidad, asegurando en ambas que acatarían su veredicto; y también están dispuestos a llevarse por delante la separación de poderes, la cosa juzgada y el principio de la no retroactividad de las leyes penales y procesales (salvo las que beneficien al reo), con tal de que nadie se les escape. Para el Frente Amplio, evidentemente, el valor de la democracia sigue siendo meramente instrumental; cuando los principios básicos de la “democracia burguesa” no son útiles al logro del fin buscado, se dejan de lado y se sigue adelante a como dé lugar.
Así no puede haber unidad nacional. Esa unidad no se articula ni se sostiene conmemorando bicentenarios, ni disfrutando de los triunfos deportivos que a todos nos emocionan, sino aceptando de buena fe que la convivencia se rige por principios que todos nos obligamos a respetar. Para los uruguayos, el primero de esos principios fue proclamado por Artigas en la Oración de Abril de 1813: “Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana”. Sin respeto a la voluntad popular, expresada mediante el sufragio en las ocasiones y por los procedimientos establecidos en la Constitución, no puede haber unidad nacional.
La actual mayoría parlamentaria seguirá siéndolo hasta el 15 de febrero de 2015. Esa mayoría ha demostrado ser peligrosa para las instituciones democráticas y en cualquier momento puede volver a atentar contra ellas.
Los  partidos de la oposición tiene el deber patriótico de dar prioridad a la defensa de las instituciones, por sobre el señalamiento de las legítimas diferencias que en otros temas puedan tener.
Aún actuando así, la situación es delicada.
Si no se actúa así, quizás nos levantemos un día para encontrarnos con un Uruguay irreconocible.
(*) Abogado. Senador de la República. Secretario General del Partido Colorado.

El elogio del centro.

Por Gustavo Toledo

Cuando Batlle nació, en 1856, los ecos de la Guerra Grande aún retumbaban en las calles de Montevideo y los odios que la habían incubado seguían tiñendo de sangre nuestra campaña. Cuando murió, en 1929, pese a la crisis mundial que se cernía sobre el mundo y que llegaría a nuestras costas poco después, el Uruguay que dejaba como herencia era otro, muy distinto a aquel país tosco, salvaje y violento en el que vio la luz. Dejaba un país en paz, con instituciones vigorosas, socialmente justo, en el que las urnas habían reemplazado a las lanzas y en el que cada uno podía ejercer su libertad sin más límite que el de la ley. Dejaba tras de sí un país ejemplar en muchos aspectos y a la vanguardia de su tiempo.

En suma, la vida de Don Pepe representa una excepcional parábola de aquel Uruguay que con tenacidad y esfuerzo se hizo a sí mismo y encontró, no sin dificultades, su lugar en el mundo, convirtiéndose -para orgullo de todos- en “un pequeño país modelo”.

La obra de Batlle es enorme y al mismo tiempo poco conocida. Se repite, como quien busca memorizar una poesía escolar o las compras del supermercado, la larga lista de realizaciones que llevó a cabo, sin reparar en la profundidad y significación de las mismas. Por desgracia, a menudo se pierde de vista que no se trató de un conjunto de medidas aisladas, producto de impulsos espasmódicos o intereses transitorios, sino de una cosmovisión del hombre y del mundo profundamente humanista, liberal y reformista, a la que le debe la republica su período de mayor gloria.

Para algunos, poco tiene para aportarnos hoy en día aquella formidable figura que abrió las puertas de la civilización y la modernidad; consideran su experiencia agotada y su pensamiento una antigualla digna de museo. Para otros, desde la vereda opuesta, su liderazgo está dotado de ribetes heroicos, casi místicos y sus ideas constituyen asertos infalibles capaces de ser aplicados en cualquier lugar y circunstancia, sin reparar en el tiempo transcurrido ni en las transformaciones que han acontecido a lo largo del mismo.

No resulta extraño que unos y otros cometan el mismo error (es decir, que confundan la praxis batllista con la teoría batllista; los medios empleados con los fines perseguidos; las soluciones concretas a los problemas del momento con los principios que le dieron sustento y trascienden las contingencias de la hora); pero, sobre todo, que no entiendan el modo de pensar de Batlle. Nadie ignora que era un hombre convencido de sus ideas, a veces radical en sus afirmaciones y siempre persistente en su defensa, pero nunca necio. Sabía adaptarlas a cada contexto, o al menos intentaba hacerlo, a sabiendas de que sólo así podría llevarlas a la práctica. Don Pepe era esencialmente un realista (o, como se suele decir hoy en día, un pragmático), que es la mejor forma de convertir una ideología, cualquiera que esta fuere, en un instrumento capaz de transformar la realidad y no una ficción inútil e inoperante, completamente divorciada de la misma. Y así lo hizo Batlle, con admirable olfato, desde su aparición en el escenario político hasta el fin de sus días.

De este modo lo señala la Lic. Haydée Rodríguez de Baliero en un artículo de su autoría (“El realismo político de Batlle y Ordóñez”) publicado en la revista “Hoy es Historia” en marzo de 1986: “Definidos los principios fundamentales de soberanía del pueblo, libertad individual, purificación del sufragio, eliminación de la explotación del hombre por el hombre, transformación económica, social y cultural del país, la acción política debía discurrir adaptándose a las particularidades del momento histórico, incidiendo siempre en algún sentido, de manera de lograr una superación que signifique un acercamiento al estado político ideal”. Está claro que, para Batlle, “los principios debían guiar la acción, nunca inhibirla”.

Por tanto, no es dable pensar que hoy Don Pepe sostendría exactamente lo mismo que a principios del siglo XX, como algunos ancrónicamente insisten en señalar, por la sencilla razón de que nadie que haya estudiado su pensamiento y accionar político se lo imagina convertido en un autista o en un reaccionario defensor del statu quo.

Batlle se escapa de los encasillamientos convencionales. No fue el “socialista” disolvente que algunos quisieron pintar ni el aristócrata conservador que otros hubiesen preferido que fuera, sino un centrista-reformista. Sí, aquel hombre enérgico, a veces implacable con sus adversarios y duro en el debate de ideas, fue el inventor del centro político. O, si se quiere, de la centro-izquierda a juzgar por algunas de sus posiciones más liberales. Un hombre que supo hacer equilibrio entre la continuidad y el cambio; entra la tradición y la innovación; entre su pertenencia a la vieja divisa de la Defensa y la construcción de una corriente de pensamiento que abrevó en las fuentes del liberalismo, del socialismo democrático, del feminismo y del espiritualismo, entre tantas otras. Así, se constituyó una doctrina política y social única que, como bien señala el Programa de Principios del Partido Colorado, “no es un artículo importado, ni un catecismo dogmático, ni una especulación doctrinaria despegada de nuestra realidad” sino una construcción original y trasformadora, abierta a las necesidades de cada momento histórico y verdaderamente progresista.

Si el centro es el punto de equilibrio entre la continuidad y el cambio, la negación de los extremos ideológicos y la expresión de las capas medias dispuestas a vivir en democracia, a que sus derechos sean respetados y a que el Estado sea el garante de ciertos equilibrios sociales, sin vulnerar las libertades y capacidades de cada individuo, no cabe duda de que el Batllismo es el mejor representante del centrismo uruguayo y el viejo Batlle su principal mentor.

A más de un siglo y medio de su nacimiento, es bueno saber que sigue alumbrándonos el camino que debemos transitar.
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